lunes, 30 de noviembre de 2009

La Moda mata pero no engorda


Voy sin rodeos. El 2010 ya se acerca. Metemos demasiada mierda bajo la alfombra y luego pasa el año y ahí, como siempre el 31 de diciembre con la pea “del año” prometiendo cosas para el próximo. Hoy he ido a comprar la ropa para recibir mi 3er año lejos de mi tierra, me miré al espejo y con rabia por haber subido una talla, dije en voz alta: “Verga ¿No habrá en el mercado espejos con PhotoShop?... después de un corto silencio, varias carcajadas se colaron entre las cortinas de los probadores de Zara.

Es que es jodido escribir en una revista de Modas y luego verte en la foto del carnet del gimnasio con 5 kilos de más. Pero la cosa se complica cuando escuchas a un par de petardos en el baño diciendo: “Madre mía que pinta de latinking tiene este tío”, “Joder, si parece al hermano perdido de Ronaldo”. Quise arremeter como solía hacer hace 5 kilos atrás, pero preferí soltar una risa cabrona y pedirles mi carnet “extraviado” ¿La culpa? ¿Quién coño lo sabe? La cuestión es que no hay dictadura más pobre y tonta que aquella de lo “políticamente correcto“. Esa que dice que un negro no es negro, sino afroamericano y un maricón es gay porque suena mejor. Ahora soy amigo de los petardos y nos vamos de fiesta juntos.

No hace tanto que decíamos las cosas por su nombre, pero después de la explosión de la internet esto se ha vuelto un puto caos. Antes éramos "El Gordito" "La Flaca" "Culo `e barranco" "El Fideos". Mi vecina del 4D tiene miedo de decirle a su sobrino “gordito“, no vaya a ser que se le pegue eso de la anorexia; y ni mucho menos insultar a las feministas (con lo sano que es, no me jodan). Imagino el resultado: el niño les saldrá gordo, informático y maricón. Por aquello de llevar la contraria. Por culpa de lo “políticamente correcto“, además, no podemos comer hamburguesas grasientas ni nada que no luzca la jodida etiqueta de Light, o de Zero, ni, de bolas, poner mala cara cuando todo lo que vemos ha pasado por una freidora.

¿Saben qué? Que yo no soy modelo, ni mi trabajo depende de mis piernas. Ni de lo que hay entre ellas. Ni mucho menos apareceré en la portada de la Mens Health con los abdominales apretados y la cara de guebón. ¿Saben qué? Que esta navidad aunque no me coma las mismas hallacas de mi madre, ni el mismo pan de Jamón de mi tía Flora, me voy a hartar coño!, voy a beber todo el vodka que me de la gana, y le meteré el diente a todos los turrones de Alicante mientras me convenzo del refrán "lo que no mata engorda"

lunes, 9 de noviembre de 2009

La primera vez siempre duele



Cuando decidí estudiar ese oficio al que le pagan a uno por escribir, prometí desde el principio nunca redactar artículos de Moda porque me parecía súper difícil tener que estar pendiente que si el rosado se impone en esta temporada, que si las rayas no combinan con cuadros porque te dan mareos, que si las hombreras vuelven o se quedaron sólo en las fotos de mis tías ochenteras, que si los tubito vienen con todo, o que si los pantalones de pana hay que quemarlos todos. Eso, además de tener que memorizar los nombres impronunciables de las modelos ¿un ejemplo? Irina "Sheik" Shaykhlislamova. De esas hay montones, y como vayan todas maquilladas estilo tigresas ya se complica más la cosa porque no sabes cuál es cuál hasta que sale la Naomi Campbell y entonces ya coges mínimo.

Como había que escoger algo coherente para justificar mi colaboración con esta revista a la que extiendo mis felicitaciones por tan interesante propuesta, decido irme a la calle, buscar el tema y me encuentro con esta perla: “Está claro que aquí en Europa tampoco hay dinero a chorros para salvar la industria de la moda que ha venido atravesando por una crisis de pánico, acompañada con un kit que incluye rumores y reinvenciones dentro de la gran maquinaria que nos dice cómo vestirnos” (Frase disparada por un Neodiseñador de pollina lisa -vestido de Custo Barcelona y con sandalias blancas “rajadeos”- que confecciona ropa con los trapos usados de los padres y roba los bolsos más grandes de su madre para colgárselos en la muñeca).

Este personaje hizo que profundizara en el tema y entonces me dije, sin duda el peo está en las pasarelas. Y como acaba de terminar la Cibeles decidí hacer un resumen de una de las más polémicas ediciones de este evento mundial en el Madrid Fashion Week que desplegó sus hermosas piernas largas en un híbrido entre convención, fiestas de inauguración, quejas por el sitio del evento, favoritismo para algunos medios de comunicación, muros de paparazzis y kleenex con moco, sí con moco, tirados en la pasarela por donde desfilaba la guapa rusa innombrable. Entonces me pregunto ¿es la pasarela el motor indicado para mostrar la ropa? ¿Por qué sólo los privilegiados pueden ir a los fashion shows y el resto de los mortales tiene que conformarse con ver trocitos del show por la tele y luego esperar que las tiendas pongan los trapos muchos meses después cuando ya la temporada ha pasado?

Escuché a un amigo árabe que vende ropa de imitación decir ésto: “La dramática caída de 373 mil millones dólares en las ventas del mercado de ropa nacional es grave y por otro lado está el hecho de que la gente quiere y necesita mejores carros y que nunca ha conseguido mayor provecho de un bolso de mano supercaros de esos que se cargan tal cual como si tuvieras el brazo enyesado” e inmediatamente se me vino a la cabeza el pana con la cartera y las sandalias blancas.

Y mientras los expertos analizan la cuestión, la gente no deja de emperifollarse y salir con sus modelazos a todo trapo en el metro, en las discotecas, en los bares, en la cola del cine y en todo menos en un fashion show. Es por eso que Mangalarga&Doblepuño, aprovecha la mejor pasarela del mundo: La Calle, para mostrar las tendencias, los accesorios, las líneas, los bolsos para brazos enyesados, los lentes, las coticas, las blusitas, los cuellos maos, los peinados y todos los accesorios que en este lado de la tierra la gente se atreve a usar, con la excusa “voy como me da la gana” que de por sí tiene mucho mérito.

Nota de autor: Esta idea se me ocurrió después de pasarme un par de semanas pensando en los colores, las líneas, las caídas, las texturas y en la temporada Otoño-Invierno que ya está aquí.

martes, 13 de octubre de 2009

...y de repente, un infarto.



Quizá ustedes lo han recibido también, porque estoy seguro que entre sus contactos tienen gente que no hace otra cosa que pinchar el botón [reenviar] para compartir sus miedos y sus fantasías a través de un correo electrónico. Esta vez le tocó a mi corazón. El mail era algo así: "Si estás solo y te da un infarto, tienes que toser violentamente para comprimir el corazón y hacer llegar más aire a los pulmones". No pude evitar cagarme de la risa y pensar en algo que me dijo un profesor: "Internet es como un sistema circulatorio".

Hey, pero no se pierdan y obvien el contexto: "Si estás solo y tienes un infarto". ¿Por qué un infarto? ¿No puede ser una alergia cutánea, una torcedura de tobillo al pisar una mancha de aceite de oliva, o mejor, un coñazo en la frente un domingo en la madrugada al intentar vomitar en el wc después de una fiesta? ¿eh? ¿A qué tipo de hipocondríaco se le ha ocurrido esa extraña fantasía… tan oscura además?

No puedo negar que la primera parte de la proposición ("si estás solo") me hizo pensar en toda esa gente que no tiene a nadie cerca. A partir de esa oración condicional, pude imaginar infinidad de situaciones. Entonces ahí voy: Si estás solo y te quedas sordo de repente. Si estás solo y se te aparece la señora muerta que vivió antes en el piso que acabas de alquilar (o viva, que es peor). Si estás solo y te da un ataque de risa. Si estás solo y tienes una erección. ¿? Ahí está la vaina.

Si estás solo y tienes un infarto, llamas al vecino y ya está. En todo caso puede que el vecino esté solo también, e infartado, lo que parece estadísticamente muy probable, porque como está el mundo ahora, puede que estemos infartados todos y no nos demos cuenta. Ayer miraba un documental en TVE2 que aseguraba: "Los cocainómanos experimentan varios microinfartos a lo largo de su vida" (mientras viven, de bolas).

Se me hacía tarde para ir a trabajar pero cuando leo esas cosas, me quedo reflexionando antes de ponerme los audífonos. Reflexiono: no es improbable que el vecino esté solo (todos los estamos), sino que le ocurra lo mismo que a ti, y en el mismo instante en que tu le tocas la puerta con la boca torcida. Puede que esté solo y se haya quedado ciego...de repente; por lo que no te podrá llevar en su carro al hospital. O que esté solo y se le haya aparecido su madre muerta (o viva, que sigue siendo peor). O que esté solo y tenga una erección. Coño! Eso es duro.

En cualquier caso, al final es un oración condicional y puede que pase o no. Entonces, de repente se me explota la vena imaginativa y permuto otras posibilidades: Si estás enfadado con tu pareja y te da un infarto, ¿qué haces? ¿Llegarás a rastras al salón y te humillarás para que te salve? ¿Y si estás enfadado con tu pareja y tienes una erección? ¿Y si te quedas ciego en medio del pasillo? ¿Y llegarías ciego, infartado y seguramente con la frente rota por algún coñazo que te has dado en el camino?.

Si estás solo y te ha dado un infarto, en fin, lo mejor es que te asomes a la ventana y grites, si es que puedes. ¿Pero toser fuertemente? Si el dolor aprieta, déjate caer. Tengo una amigo que lleva como treinta años sola y jamás le ha pasado nada. Bueno, lo de la erección sí.  

martes, 22 de septiembre de 2009

La aventura de compartir piso. Master Piece.


Intentar ser pulcro y limpio en un piso compartido es como pretender que Michael Jackson resucite al mes y saque un disco de salsa. A continuación una serie de leyendas en las que ciertos compañeros de piso creen. Me atrevería a pensar que están convencidos de que existe una especie de mundo paralelo que vive entre nosotros: 

Los gnomos tele-transportadores de basura que con una gran sonrisa llevan levitando las bolsas desde el cubo al contenedor y, por tanto, no es necesario que mis compis de piso se molesten en bajarlas. Los gnomos recambiadores de papel higiénico, éstos, tan majos, se dedican a poner un rollo nuevo cada vez que se agota el anterior, con lo cual, tampoco es necesario prestarle atención a tan ardua tarea. Los gnomos que cada vez que se agota el fregasuelos, cogen el carrito de la compra, van a Mercadona y realizan – ante la sorpresa de la cajera de turno - la compra común para la limpieza.  

Los gnomos generadores de "pelusas". Sí, hombre, ¡esos cabrones! "Porque yo he barrido el suelo eh!! ¿acaso lo dudas?" – te dicen -, mientras tú con cara de recién estafado, miras hacia el pasillo donde pillas las bolas de pelusa más grandes que en las pelis western. “¡Joder, se jodió la persiana y estamos en octubre!. Sale el compi con una sonrisa en la cara, un porro en la mano y dice: No pasa nada!!!....¿Quién necesita levantarla hasta el mes de mayo con este frío de mierda?.......Pues ya está, todo el año con la persiana bajada.
    ¿Hey chicos, que tenemos que ventilar el salón? ¿pa qué? Si los porros huelen tan bien.¿Qué ves un tomate en la nevera con más moho que en el reino fungi? Preguntas de quién es, y si nadie contesta, lo dejas en su sitio no vaya a ser que el dueño se cabree si lo tiras.¿Qué hubo un botellón hace 2 semanas y aún hay botellas vacías rodando por toda la casa? ¿Le molestan a alguien? Pues a quien le molesten que las tire....y al final, el gnomo tele-transportador de basura decide tomar cartas en el asunto y asumir también este ejemplar desempeño.
    ¿Qué se jodió la bombilla de la cocina? Entonces descubres lo romántico que resulta cocinar a media la luz durante meses, hasta que el gnomo reponedor decide, también, bajar a por una nueva, o hasta que dejes un trozo de dedo en la ensalada.¿Fregar un plato? Con lo fácil que resulta esperar que tu compi de piso acabe de comer y preguntarle, humildemente, si puedes utilizar el suyo aunque esté usado para no tener luego que fregarlo. Y cuando, sin saber muy bien como, te has convertido en el puto gnomo ese. Has asumido tu papel como tal en el inframundo paralero de tu piso y hasta le has cogido cariño a la gente que vive contigo. De repente te vas porque estás hasta los cojones de todo y ellos muy tristes te dicen: "Chechééé nos vamos contigo pa otro piso, este ya no nos gusta" 

    Taaaaaaaaaaah! (suena el timbre a las 5:00am). Hola es Lucia...soy amiga de Eloy, -y con una voz de italana chunga- dice: esteeee…Hola Cari -sí Cari- puedo subir? – éste ha sido uno de los momentos más gloriosos de todos los vividos. 

    Esta vez no se si los echaré de menos.

    viernes, 4 de septiembre de 2009

    enGRIP-Ados ¿o nos han engañado?


    "Lanzan cadáveres desde la ventana de un edificio en Japón" "Una familia entera muere dentro de su casa en México" "Un colegio se inundó de mocos y han muerto todos, hasta el director que nunca iba" "Una gallina se infecta con gripe porcina y el pico se le transforma en hocico" "Le dolía la garganta, se automedica Tamiflú y luego muere ahogado por sus flemas" "Se preveen nuevas gripes: La de la paloma y la del baile del pescado"

    Veo vídeos, leo los periódicos, escucho a los vecinos, y llamo por teléfono a mi gente en sudamérica y ninguno sabe a ciencia cierta cuál es la diferencia entre una gripe normal a la pandemia paranóica esta que ocupa los titulares de todos los diarios, por lo menos en Tenerife, España. El miedo se propaga, tanto es así que una inofensiva tortuga se ha escapado de su habitat y prefirió meterse en mi habitación, pobre!

    Así está el mundo, paranoico, y ni se te ocurra estornudar en el metro o en el autobus porque podrías generar un puto caos. Si no así, entonces ¿qué hay de cierto en todo esto?

    Y si nos han engañado entonces le habrán quitado la ilusión a tantos niños que esperaban encontrar los colegios cerrados en su regreso a clases. Decirles lo contrario sería como descubrir el secreto: El Ratoncito Pérez es tu padre. Y creanme que eso puede generar una desconfianza muy peligrosa en los niños, sobre todo ahora que sus cerebros están condimentados con la play, el wii, y el nintendo.


    Osea que después de generar ese morbo de que moriríamos masivamente. De que caeríamos fulminados en las colas del cine, del mercado, del banco, o mientras pedíamos un café en una barra, al final ¿es mentira? ¿Dónde queda la esperanza de ver a nuestros vecinos tosiendo en los pasillos del edificio o sangrando por las narices cuando nos los encontremos en el ascensor? ¿Acaso no tenemos derecho de ir a los funerales de nuestros jefes con una mascarilla negra patentada por Zara y manufacturada con tela de Burka?

    Si es así, y si la Gripe A solo ha hecho producir miedo y muuucho dinero para el gobierno norteamericano y por supuesto para las empresas farmacéuticas -en crisis- creadas a partir de esta intriga mediática, entonces qué pandemia nueva nos matará antes de que acabe o comience el próximo verano?

    miércoles, 12 de agosto de 2009

    La Estación de Autobuses


    El autobús arrancó con un fuerte rugido hacia la calle. Llegó otro inmediatamente a ocupar el sitio, y una oleada de nuevos pasajeros, ansiosos de viaje, de desplazamiento, de un asiento con ventana, o de pasillo para los más altos, envolvió el gran coche. Miré hacia la puerta de batientes, pesadísima, la escalera, la brisa caliente, la luz metálica, cegadora, artificial, como la de una escena de película. Cientos de personas que cruzan rápidamente, que se detienen a cambiar de mano la maleta, a encender un cigarrillo, a hojear una revista en el quiosco, que entran en la tienda, que hacen cola en las taquillas, que no hacen nada, como sonámbulos, inmóviles, atenazados

    <¡Viajeros con destino a Sevilla, segunda plataforma, salida B!> dijo una voz enérgica y femenina, pero nadie le hace caso,se pierde entre las pisadas, el arrastrar de maletas con ruedas, los bolsos sobre el suelo liso, las risas delos niños, y el discurso de un demente que pretende convencernos con su "palabra de Dios".

    Ella no lo había notado, pero la rondaba desde que dejó el saco en el suelo, claro que también podía tomársele por cualquiera de los que rondaban por allí como esperando algo, a alguien. Él alargó la mano hacia la agarradera de su maleta, sonriente, obsequioso, protector, con la sonrisita de siempre -supongo-, la sonrisita de disculpa, la de antesdedarelsalto, la de clavamelasuñas nojoda, la de si te agarro te volteo como un calcetín, esa misma, la de como te agarre te saco el aire con mi trozo de carne venosa y caliente. Tiene cara de hijodeputa el cabrón y cree que nadie lo mira .

    Pero en el fondo tiene miedo, trata de hacerse notar pero la chica no lo ve, es un tarado, es otro tarado como el tipo del metro que intenta rozar su cuerpo con las chicas guapas. Supongo otra vez y creo que tiene 44 años, usa loción de afeitar con olor a pino "fresca e irresistible", sólo que el capullo este se ha dejado bigote y patillas. <¡Ey, tú! ¿Es tuyo ese bolso?>. Ella lo cogió sin decir nada y siguió leyendo la revista. <¿Hace calor no? incluso aquí dentro que hay aire acondicionado, ¿verdad?> La chica hizo como que no escuchó. El tipo sacó un pañuelo y se secó la nuca sudorosa chorreada de gel para el cabello.

    <¡Viajeros con destino a Madrid, primera plataforma, salida A!> La chica intentaba coger el bolso y al inclinarse un poco, el hombre acercó su pubis hacía una de las piernas de la chica, balbuceando un "¿Necesitas ayuda?" con un toque de sadismo que brotó con cada letra. Acto seguido, un rodillazo potente justo donde acaba la cremayera de aquel desagradable patán y un par de gritos que silenciaron el ruido de la Estación de Autobuses: "Hijo de puta, sádico de mierda" Él cogió su maleta con cara de cuando te dan en los huevos y huyó. Cogí la mía, subí, me senté en la ventanilla y encendí mi ipod, como siempre.


    martes, 28 de julio de 2009

    El duelo de un melómano


    Quizá para muchos sea una estupidez el interés que tengo por ese aparato tan comercial, pero señores es más que eso. Es una puerta que me lleva a lugares increíbles. Dándole play a esa cosa, yo podía pasar de un estado a otro sin necesidad de ningún quimico ni el efecto de ninguna hierba. Ahora tengo que escuchar las conversaciones estúpidas de la gente en el tranvía, los gritos de los niños en el autobús, las historias de las Marujas y sus problemas de varices, o mucho peor...la música de los demás.

    Se ha comprobado científicamente que existen pocas actividades donde el ipod no es imprescindible para lograr la felicidad. Una de ellas es lanzándose un clavado en los grandes acantilados de Acapulco, y otra muy curiosa es durante el acto sexual, sin embargo, una mujer en Minnesota logró -a través de una justificación terapéutica- el permiso para ponerse su ipod mientras el marido la penetraba, y esto fue un escándalo.

    Así como lo es para los neoyorkinos, la nueva propuesta del senador Carl Kruger al prohibir el uso de este aparato después de los numerosos accidentes producidos por el embelezo de los peatones al cruzar las calles. Todo por culpa de un chico de 23 años que no escuchó los gritos de otro que le decía: "¡Hey loco, cuidao con ese cooooch shit! Y como las ambulancias no frenan, incluso en los pasos de cebra, entonces se cargó con el pobre chaval y su ipod. Fue ahí cuando lanzaron entonces el coñazo: 100 mil dólares para los que no cumplan con esta normativa en proceso de ejecución.

    El resto de las actividades humanas se mejora indudablemente con música aplicada directamente a los canales auditivos, hasta tal punto que a veces hasta merece la pena vivir. Pero hoy ha muerto mi ipod y no me pidan que no exagere pero allí estaban perfectamente ordenados, muchos años de música, imágenes y textos. Nojoda! Porque, en mi caso, la falta de fidelidad en la música me saca de mis casillas más que la falta de felicidad; porque, señoras y señores, aunque "suene" extraño, comparten más que un manojo de letras.

    Ahora que coño voy a hacer mientras corro por el paseo marítimo? qué voy a escuchar cuando vaya al supermercado? o cuando haga una puta cola en el banco? o cuando me tumbe en la arena de la playa a coger sol? joder, que coño haré cuando quiera ver el sol cuando el firmamento se lo trague mientras escuchaba (In Rainbows) de Radiohead, o cuando camine entre la gente escuchando "Simpatía por el diablo" de los Rollings Stones? ¿eh?

    domingo, 12 de julio de 2009

    El nuevo Hombre de Occidente está entre nosotros


    El nuevo hombre de occidente no es realmente un superhéroe pero casi que lo logra. Es un ser que quiere vivir en equilibrio porque desde su silencio entendió que la sociedad ha sido trastocada por lo que algunos llaman antivalores, elementos que al parecer han venido a atacarnos utilizando las más peligrosas armas.

    Atacando a nuestros sentidos y dejándonos atontados, sumergidos en redes 2.0 y alejándonos cada vez más de la realidad. El pobre hombre de Occidente tiene una enfermedad mental llamada: Miedo. Acompañado de ansiedades, angustias, soledades, dudas, suposiciones, hipotecas, frustraciones, multas, decepciones, rabia ante las injusticias y un montón de regalitos más.

    El nuevo hombre de occidente tiene miedos y convive con ellos. Unos huyen y otros se quedan para buscar soluciones. Algunos piensan en el suicidio y otros salen a correr o follan para olvidarse un poco del tema. Hay hombres de occidente que se sienten bien en sus trabajos y otros que preferirían hacer otra cosa. Unos van al gimnasio y otros a las discotecas, unos hacen yoga y meditación, otros escriben o hacen abdominales. Unos escuchan Electrónica y otros Haendel. Unos se vuelven Cristianos, otros Testigos de Jehová, unos Budistas, Mormones y otros se enrollan en temas de oscurantismo. Otros hacen todo a la vez. No hay estereotipos para calificar a esta especie tan compleja y tan maravillosa. Pero todos tienen algo en común: luchan por sentirse mentalmente estables.

    El miedo es un crimen contra la mente. Para hacer bien su papel, también lucha para no dejarse aterrorizar. Sí, ya lo se. No existe la seguridad absoluta en el mundo porque ya la vida misma es un riesgo, pero él sabe que puede escoger cómo vivir su vida. Quizá dejando que las pequeñas cosas lo llenen de alegría. Salir a pasear al perro, experimentar cosas en la cocina, escuchar a sus padres al otro lado del teléfono, inclusive si te están dando caña, o aprovechar la soledad para leer y ser más fuerte.

    El nuevo Hombre de Occidente sabe que está, como todo hombre, solo y desamparado, pero se cuida para no caer en la consecuencia del consumismo, utilizando todos los significados que le quepan. El moribundo Hombre de Occidente intenta no elegir la vida artificial, profundizando aún más el abismo entre él y la naturaleza, no quiere olvidar el significado humano de la vida que se manifiesta simple y llanamente en su relación con el otro.

    Ánimo Hombre de Occidente...tú puedes!

    martes, 10 de marzo de 2009

    Cada cabeza


    Mundos donde el día, la noche, el tiempo y la huida crecen hasta la totalidad. Mundos de un sólo habitante algunas veces acosador y otras veces acosado por imágenes -aunque naturales- emanadoras de inseguridad, presencias inminentes, placeres inaccesibles -como una estampa sustraída a la memoria- y luego, una íntima evasión a través de la palabra...inconclusa, incompatible.

    ¿Los habitantes quieren conminarse a la propia soledad? ¿O se debería interpretar como lealtad a sí mismo ante la contingencia de los valores y puntos de vista del otro? Las visiones de los otros no son limitadas, sólo distintas, es por eso que la confusión se estaría metiéndo hasta los cojones en su trayecto obligado hacia el estado relajado del hombre. Sin pastillas, sin hierbas, sin aditivos.

    La imágen más parecida a la convivencia de los mundos es al final el trabajo de un lenguaje que se castiga para que el discurso salga todo más liviano, ágil, sin agresión. Rescatándo el cariño y columpiándose en él para decir verdades que sanan.

    La piel de los habitantes es el muro y lo demás es viento circundante, tierra y agua. Por eso, y mientras el tiempo teje y desteje sus mierdas, sus buenas noticias, sus idas de olla y momentos de lucidez extremas, y mientras el laberinto se complica en sus reveses....la realidad afirma que cada cabeza es un mundo lleno de sub-mundillos, válidos todos!

    En la cabeza es donde ocurren los más insólitos eventos. La mía está dando millones de vueltas centrifugadoras ahora mismo.

    miércoles, 25 de febrero de 2009

    Ella soñó


    El semáforo cambió a rojo y nos detuvimos justo enfrente del Banco de España. Fue ahí cuando la vi junto a otras tres chicas más escoltadas por dos policias nacionales. En su mirada he visto a una reina repleta de sueños con grandes ojos marrones y un cuerpo caribeño... y de fondo "La Cibeles". Después, según iba saliendo la gente de la boca del metro, la niña se iba convirtiendo en una pequeña dama, para convertirse, finalmente, en una resignada doncella cuyos sueños se iban al traste (para no decir a la mierda), producto de un mundo que no sabe mirar a los ojos sin "poner etiquetas, status, números de identificación o gentilicios y cerciorarse de que todo está en regla.

    Odio esa palabra. Regla, y es que hasta fisiológicamente es desagradable. Reglas, para qué sirven? Para jodernos más la vida ¡que pena! Pues, si nos mirásemos a los ojos más a menudo sin preguntarnos nada más, descubriríamos cómo la mirada dice cosas que ni las palabras ni, por supuesto un DNI, un pasaporte, un curriculo o una nómina jamás podrán expresar. Esta es la realidad de cientos de mujeres inmigrantes que en pocos segundos ven cómo se rompe en sus caras ajadas, un mañana optimista y hasta una noche reparadora.

    miércoles, 11 de febrero de 2009

    ¿Carne o vegetales?


    -¿pero qué estás comiendo?

    -¿eh? Bueno ya ves, hamburguesa

    -¿comes carne?

    -Sí y ¿tu?

    -No, yo no. Sólo vegetales

    -¿Algo con la salud?

    -No, no. Cuestión de Filosofía, ya sabes. No matar ningún ser vivo.

    -jajajaja! ¿Me llamas asesino? Pero las plantas también viven.

    (Impacto. Pausa...)

    -Vamos a ver, en parte tienes razón pero yo creo que las plantas no sufren

    -¿Cómo lo sabes?

    -Lo supongo. ¿No lo supones tu también?

    -Es complicado, pero he visto plantas vivas y muertas. La diferencia es obvia

    ¿Qué comes tú?

    -Ensalada de huevo

    (La camarera con cara de mala leche pone el plato con un revoltillo verdeamarillento en la mesa y se aleja tambaleando su culo gordo)

    -¿Crees que podemos considerar a los huevos seres vivientes?

    -Eso depende. La Iglesia Católica puede que sí. Ya sabes, por el tema del aborto y eso, ¿eres católico?

    -No, ¿tú?

    -Tampoco

    -Fino!

    sábado, 31 de enero de 2009

    Lluvia


    ¡Son de verdad! Gritó un transeúnte que había atrapado uno al vuelo. Aquello era como cuando se rompe una tubería, como cuando el agua irrumpe en todas las direcciones chocando consigo misma. ¡Que gusto que lluevan Euros coño!

    Fue cuando empezaron a caer, que la gente se volvió como loca. Señoras peinadas con mucha laca, un hombre con muletas, los cajeros del Mc Donalds y el Burguer King, el vendedor de películas piratas, los repartidores de publicidad, los chavales del colegio, mi vecina simpatizante del PP y hasta un perrito mordía uno y lo sacudía con fuerza.

    Bajaban en vuelo caprichoso, en zig-zag elegante, eran nuevos, tensos. Por eso planeaban tan bien. Por eso parecían reírse de las manos frenéticas que se alzaban para cazarles aún en el aire. Incluso la gente subía, descendía, se inclinaban y hasta chocaban unos con otros para meterse en los sitios menos pensados: bajo un banco, en las ranuras de las alcantarillas, en el pelo de la señora con la laca.

    Aquello parecía un juego de rugby que están todos apilados y el balón no se ve por ningún lado. Sublime! Se habían vuelto locos, no, locos no, insanos. La gente dejaba las maletas, amarraban a sus perros en lo primero que veían y éstos ladraban nerviosos. Desesperados, unos dejaban a sus parejas atrás y corrían al ver semejante escena.

    Una madre aparcó el carrito de su bebé en la mesa donde se tomaba un café y se tiró al suelo cuando vió uno de 20 euros. El crío se puso a chillar como un descosio, pero pronto dejó de oírsele porque todos chillaban: los perros, las señoras, los señores, los chavales, el hombre del kiosko.

    Empujones, puñetazos, patadas.Otra señora de aros grandes en sus orejas resultó herida al enganchársele uno en la cartera de otra mujer. Nadie reía, todos estaban concentrados en los billetes.

    De repente en medio de aquella semi-apocalipsis, el ruido de la sirena policíaca se unió al sonido desafinado de la multitud. Salieron de todos lados y aunque los ojos se les salían al ver el montón de pasta, ellos no "debían coger ninguno". Impecablemente uniformados, grandes, enormes y fuertes policías rodearon por todas partes, cortándoles el show.

    Ya no caían más. Sin embargo la gente se metía el dinero por todos lados. Hasta en las tetas. En breve, hubo un movimiento de concentración hacia el portal de la torre de donde caían los billetes. Escoltaban a dos hombres jóvenes con pinta de rockeros, uno con melena y otro con una coleta que le colgaba hasta la cintura. Llevaban una maleta cada uno y un billete se asomaba atrapado en el borde. ¡Eran ellos los generosos!

    Cuando la policía los trasladaba hacia el camión, uno de ellos gritaba con un acento inglés -¡Compren hamburguesas, compren tartas de manzana, aprovechen las rebajas, compren vaqueros y zapatillas, compren lo que les de la gana. A la mierda la crisis!

    Y el hombre de las muletas dijo -¿Por qué los detienen si nos están haciendo felices?- ¿Es un delito regalar dinero? gritó la madre escapista con su bebé ahora en brazos. El sargento, o algo así, no se entretuvo a explicar. Se le notaban las ganas de alejarse de la multitud y ahora con montones cámaras de televisión exclamo: ¡Disturbación del orden público!