miércoles, 16 de julio de 2008

Bonitos cadáveres exquisitos

Cada vez que me preguntan de qué va este espacio hablo de la ironía en el humor y otras movidas que pinten por lo menos una media sonrisa en la cara de quien lee mis malayas hijas de su madre crónica. Sin embargo, hoy después de ver el trailer de la nueva versión de Batman y conocer al nuevo Joker, interpretado por el malogrado y guapo Heath Ledger, la frente se me arruga y me pregunto por qué pasan algunas cosas.

Y no es que quiera parecer un triste fan de éste -para mí- una de las nuevas promesas del cine, no sólo por sus "últimas interpretaciones", si no por haber logrado el apadrinamiento de uno de los más grandes: Jack Nicholson, con quién además compartía el consumo de las pastillas que lo mandaron directo a la otra dimensión. "Yo le advertí que tuviera cuidado con esas pastillas" alegó Nicholson en un video de Youtube.
Sin embargo, no es Head el único que muere en el tope de su popularidad, sobre todo teniendo encima un personaje tan carismáticamente extraño, (ahora más vagabundo, grunge y decadente elementos que me atraen muchisimo de éste nuevo Joker) como para hacer de él un verdadero clásico. Cosa que de seguro logrará en el estreno.

Su desaparición está revuelta de rumores agridulces de cócteles explosivos de sobremedicación, bajones anímicos, ruptura amorosa e inmersión ultraexcesiva en el personaje del Joker, guarda muchas similitudes con la muerte de Brandon Lee (y la de éste con la de su padre, Bruce Lee). El Brandon fallece en pleno rodaje de "El Cuervo", también de temática gótica.

Pero no sólo estos dos muñecos están en la lista. También se suman Sharon Tate, Brad Renfro, Fránçois Dorleac (hermana de Catherine Devenue carbonizada o asada en un accidente de tráfico), River Phoenix quien se iba a Venezuela a ponerse "hasta arriba" con gafas oscuras, Jean Harlow. Todos guapos y jóvenes promesas con un indudable futuro brillante que dejaron pasar por mala suerte o inconsciencia.

Pero sin duda el cadaver más hermoso debió haber sido el de James Dean, que ostenta el grosero récord de haber sido nominado en ceremonias consecutivas de los Oscars, con apenas 24 años, por las pelis "Gigante" y "Al este de Eden", sin haber podido recoger ambas estatuillas por su estrellada en el coche.

Y la frente se arruga más al saber que hubo otros que se fueron aún más jóvenes: Matthew Garber, uno de los niños de "Mary Popper" perdón Poppins, quien se envenenó involuntariamente en la India al comer carne en mal estado. Elizabeth Short, aquella "dalia negra" que aspiraba ser actriz en Hollywood y acabó picada en pedacitos en un descampado.

Dos últimos recuerdos que para mi significaron mucho: Heather O´Rourke, la niña de once años que anunciaba en "Poltergeist" que los espectros "ya están aquí". La pobre se enfermó cuatro meses antes del estreno de la tercera entrega de esta gran pelicula.

Y por supueto, mi cadaver preferido fue definitivamente Kurt Cobain, con quien me fumé mis primeros porros y dibujé mis primeras rayas en el cuaderno doble líneas mientras escuchaba su música. Lloré esa noche como si se tratase de un amigo que cantaba conmigo a todo pulmón en mi habitación brincando sobre la cama "Smell like teen spirit".

miércoles, 9 de julio de 2008

Anécdotas de la conquista ¡Puto Rodrigo de Triana!


Muchas han sido las anécdotas de ese viaje a las Américas donde las tres embarcaciones hicieron de las suyas en aquellas vírgenes y hermosas tierras, pero muy pocos conocen la historia de uno de los tripulantes, que astiado de tantos dias y meses de travesía había decidido encontrarse con su yo interior, y darse un autobanquete en pleno reino de los sentidos.

Antes de llegar a esa catarata interminable donde se acababa el mar y comenzaba un mundo nuevo lleno de bellezas tropicales y también lleno de monstruos y de pájaros de mentira, de mujeres con alas y piernas emplumadas, este tripulante yacía tumbado en su cutre cama.

Antes del fin del mundo, este hombre sólo podía escuchar la respiración de sus compañeros dormidos por el cansancio y esperando en sus sueños el límite de la vida, o quizá viviendo ya la muerte en medio del agua salada y hostil. Agua que comenzaba a odiar por haberlo alejado de sus entrañables memorias. Pero al mismo tiempo, agua que ansiaba dulce para calmar esa sed de recuerdos que le provocaba la sal de la carne seca o la amargura del calabozo de Argel.

Pero no lograba conciliar el sueño y la ansiedad lo atormentaba bajo la tempestad y dentro de aquel calor espeso y húmedo. Recordó la muerte del cura de su tripulación y toda la mierda y los golpes de los hombres de la hermandad. Él estaba seguro que no había sido eso lo que hizo que se embarcara en ese gigantesco palo tallado para navegar a algún lugar desconocido.

Pensó en los viajes de Marco Polo, en los techos de oro y en los árboles que daban frutos humanos. Eran sólo visiones de esa bota que llegó a tener vino. Pero de pronto esas imágenes de hombres con cabezas de perro y los monstruos dentro de las sandías ya mordidas, volvieron a aparecerse.

Necesitaba cambiar de recuerdos

Ahora estaba ahí. Maria Juana. Caderas anchas, con su corpiño y esas tetas gloriosas con los pezones duros como una bala dispararon directo en su mente putrefacta. Recordó la húmeda blancura de su vientre y el placer lleno de vino que salía a chorros de su vagina.

Recordó el momento cuando su daga italiana entró en el cuerpo de aquel miserable borracho que quería arrancarle a esa mujer que huía casi desnuda. Y detrás de ella, él, satisfecho por haber llenado de semen las entrañas de aquella voluptuosa reina, corrió y trepó hacia "La Pinta" y perdiendo todo rastro de aquellos rizos oscuros se embarcó junto con un montón de hombres hambrientos de aventura.

Todos dormían, pero él seguía padeciendo los días sin una mujer en la embarcación y el temor de seguir avanzando lo inundaba.

Llevándose la mano hacia su gran miembro duro y potente que su mano no podía cerrarse por el diámetro, lo lubricó con saliva hasta empaparse el abdomen y repitiendo una y otra vez PUTA PUTA PUTA, su brazo enorme y fuerte lleno de sus fluídos se hacía cada vez más femenino como si se tratáse de aquella mujer con pechos gordos y apetecibles.

El golpe de las olas semejaban el movimiento de la hembra encíma de él dejándo que su monstruoso miembro expandiera su vulva húmeda y caliente. Se hacía más apremiante el movimiento y el cuerpo de él se volvía rígido como su falo.

En ese instante cuando el cuerpo casi logra una metamorfosis etérea e imaginaria, cuando los músculos de los gemelos se contraen en un espasmo, casi sin conciencia y con una rigidez de acero a punto de escupir semen caliente por toda la habitación y despojar sus testiculos de aquel peso, justo en ese momento, un grito de voz gruesa y emocionada entró a la habitación gritando TIERRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

Era Rodrigo de Triana.