domingo, 26 de octubre de 2008

Una Hora Menos


Después de una pausa, respiré profundamente y un torbellino de palabras invadieron mi mente. Luego en un cosquilleo electrificado millones de letras se alojaron en las puntas de mis dedos y salían disparadas con cada sacudida, formando palabras que flotaban en el aire espeso de esta noche que ahora tiene una hora menos. Un destiempo que aún no llega al reloj de pared blanco.

Huele a incienso y a eucalipto. Evoco abrazos bajo las sábanas. Imploro compasión por mi locura. Claudico rencores. Una media sonrisa por los buenos recuerdos. Unos latidos acelerados al escuchar el timbre del teléfono. Palabras sonoras. Entorno familiar al otro lado del auricular. Tú, tus padres, al norte. Imagino el olor a arroz con leche. Tengo hambre. Esperaré una hora más.

Últimamente las palabras se convierten en viento fugitivo, en ascenso y caída, en pentagrama. Música que recuerda escenas "¿It is real?" pregunta Scott Matthew con su voz rasgada que da un toque caluroso a esta noche envuelta en sábanas de invierno calentadas por mi cuerpo que ocupa un sólo lado de la cama aunque pequeña.

Luego la guitarra del mismo Matthew en "Upside Down" hace que espabile y preste atención a una gota de miel que cae dentro de la taza caliente. Más letras. Ahora caen dentro de la taza y la miel les da un aspecto brillante. Se forma una palabra, pero está en otro idioma. No la entiendo. La borro revolviendo con una cucharilla.

La palabra viene, trae el surco de todas las palabras de la tierra. Cavada sobre mi abdomen está la huella de todo lo vivido. No tiene relieve pero se siente el calor adentro. Arde.

¿Cuántas veces habré de renunciar a poseer la palabra para volver a ella?

Revuelvo el té y pone: Tgrhyiepp pa tgsruis. Bvacsfdfgñ auf hñpodndbbs

No entiendo. Revuelvo el té. Tiempo y espera. Lasitud. Relax. Recuerdos

Tomo el té, Me gusta la mezcla de olores. Palabras-fugitivas. Evoco y me vuelvo niño

Mis rodillas están en mi pecho. Sabor a miel en mis labios. Recuerdos. Letras sin control

Domingoporlanochesinti. Tienes mi-short-azul-y duermes con él.

Estás al norte con tu familia y la Sidra sale por el aparato ese marrón que le da la espuma

Recuerdoelluminosocarteldelcinedemipueblo

Eslaincendiadacorona de-ese-sol quenosalumbraba-en-el-caribe. Esel-mar-elquemedafuerzas

Mamá-quieroquemeacaricieslaespaladaynoestás. Tuvozsuaveyoscuradiciéndome: Duérmeteniño
Papá-somosigualesynolopillas. Megustatumechónblancoenlacabeza. Yotambiéntengouno

Hermana-turisaseamplificacomoelsonidodeunaguitarraeléctrica. Loquita-con-tacones-negros

Abuela-dulcecomolamielgraciasporquepensandoentísemeponeunasonrisamientrasmeduermo
Acompañame. Acariciame. Please dont dissappear. Publicar Entrada. Zzzzzzzzzzzzzzz

viernes, 24 de octubre de 2008

Viajarán otra vez estas videncias con la noche trepándose al muro, regurgitando graves instancias perdidas. Tazas sucias con té seco regadas por la habitación. El sonido del reloj blanco en la pared...blanca.

¿quién sabe? ¿quién razona? ¿quién decide lo bueno y lo malo?

uvas podridas, sábanas rojas, manchas de fluídos nasales. Irredenta visita parcial...ahogó, mató y disecó como un taxidermista a su presa. Sin expresión.

Vuelve el antiguo precipitado espasmo bajo la hosca mirada que atrapa la atención,
fortuita mescolanza de insólitas visiones, Einstein en la pizarra, un abrazo entrañable. Tú.

Luego la palabra duele,...quema y al salir por la puerta de la que fue echado, el amanecer descubrió su rostro adolorido entre la gente.

Noche etílica, gente de otras tierras. El metro es una trampa. Todos caímos en el embudo. Paperless, otros homeless, todos idiotas perseguidores de un sueño que ya caducó. Celda.

Entes que vuelven con la noche a treparse en el muro para refugiarse, pero esta vez no habrá nadie. Hace frío y la noche apesta. El día es raro. "I dont belong here"...

Es mejor dormir, dormir muchas horas hasta no sentir nada.

Cerrado por remodelaciones
Cheché

jueves, 23 de octubre de 2008

El Hombre Monstruo

Uno: -Venga, léelo
Otro: -Recuerda que es sólo un borrador, no está listo aún. No se si deba leerlo

Uno: - Léelo ya, coño!

Otro: -Vale

Esta es una canción para el hombre monstruo
Cántala con suavidad porque la canción es salvaje
Cántala con suavidad no vaya ser que la pierdas

Nadie ama a un hombre monstruo,
Es hermoso pero su cuerpo tiene veneno
¿Puedes amar a un águila mansa o salvaje?
¿puedes amar a una cosa abominable?

Salvaje o manso
¿puedes amar a un monstruo de sonrisa agradable?
¿de buenos modales?
Nadie quiere a un hombre monstruo
porque aniquila los sentimientos
Matadle antes que encante al Otro
matadle y evitar penas posteriores
Matadle y que su alma fluya libre

Uno: -¡Es bueno, me gusta!

Otro: -Sabía que te gustaría

Uno: -¿Por qué?

Otro: -Es sobre ti. Gilipollas. No quiero verte más!

Uno: -¿eh?

miércoles, 1 de octubre de 2008

Cordura no te vayas


Mi llamada rompió con el acuerdo establecido y acercó el final.
Penetramos en nuestra inmensidad sin detenernos a contemplar paredes inconclusas sobre dispersos cristales de sensaciones. Cada vez más profundo, el resplandor invade momentos como cuadros constantes en rojos, blancos, grises y negros. Tan brillantes y tan oscuros. Dulces y otros no tanto.

Descubrí tu presencia en la luz ténue de la noche. Una carretera me lleva hasta tu sitio. Y al verte, pasé de la duda a la certeza incolora de tu mirada aunque azul, desprovista de matices. Frío en el cuerpo, culpa, culpa inminente, miedos.

Vuelvo hacia ti la mirada y la tuya está ausente. Pregunto. Tus respuestas sensatas, coherentes y verdaderas, duelen. Y admiro esa serenidad aunque estés roto igual que yo. Culpa que invade mis huesos. Miedo a ser condenado a la soledad y a la insoportable levedad del ser. Mientras hablas el tiempo te rodea y pasas a una y otra banda del camino sin detenerte. Seguro y aunque lento, estás decidido. Sin lágrimas. Seco.

Te persigue mi desahuciada interrogación. Las respuestas duelen y arrastran con una parte significativa de mi mente, dejando mi cordura pendiendo de un hilo. No me ignoras, me escuchas, hablo sin parar. Y tu escuchas porque eres así de noble, honesto, sincero y responsable de tus acciones.

Hablo, y cada palabra me sepulta en el propio estiercol de mi inconsciencia. Y escuchándote mientras aludes formas antiguas, me dislocas dulcemente hasta sentirme desequilibrado y vencido. Cordura que se deshilacha formando delgadas líneas que apenas la sostienen.
Y me condeno por no haber manejado bien los órganos de la acción, manteniendome mentalmente unido al objeto de los sentidos, objetos que estaban saliendo poco a poco de mí, gracias a ti. Lo juro. Pero no hubo tiempo y me extravié con falsas concepciones de la disciplina de mi mismo. Me culpo por haber nacido en un contexto desequilibrado y me azoto por no haber cultivado sino mierda envasada en estuches agradables a la vista.

Y aunque presiono fuerte con mis manos sobre la vereda de tu rostro, los pliegues que se forman en la caída de tu mandíbula, dibujan tu decisión de no seguir. Ahora hay que darle paso al tiempo. Nos decimos -no hay culpables- y respiro con alivio por no sentirme un verdugo y sin embargo, los rápidos latidos de mi corazón activan una angustia que me sumerge en la más grandes de las miserias.

Una sonrisa, dos abrazos, dos jerseys verdes y una historia que suena a melodía de silencio dormido en nuestros costados solitarios. Me costó escaparme de aquel evento cuando diste la espalda deseándome "lo mejor" con sinceridad y mi mirada te siguió hasta que tus pies desaparecieron en esa gran avenida que un día fue responsable de nuestras risas. A ciegas busco la vital salida y el color verde del semáforo me empuja hacia el otro lado de la calle.
Ahora no estás. Pretendo discurrir una fórmula para distorsionar la historia y darle otro sentido pero la verdad dirige mis dedos con fuerza, hacia las teclas que deben ser presionadas. No era un juego, era él último cartucho de esperanza, un cartucho que en vez de acercarte a mí, me convirtió en un ser repugnante.
Entonces estos dos compañeros de viaje decidieron caminar separados, se dijeron que se querían, y desde la ausencia prometieron fortalecer y accionar los conocimientos sean cuales fueran, para seguir en el camino de la vida, cada uno con un poco del otro, moldeando con las bondades, la paz del próximo sendero y agradeciendo el aprendizaje de ese camino recorrido.