Los tontos digitales

Como dice un gran amigo: "En internet puedes tener miles de relaciones SIN NECESIDAD DE ATORMENTARTE y sin dar más explicaciones que las que decidas dar en ese momento, puedes ser "por escrito" desde un James Dean hasta un Brad Pitt sólo con el poder de los dedos... porque si antes se decía que el papel AGUANTABA todo se puede decir ahora que EN EL INTERNET CABEMOS TODOS"

Inclusive los tontos

Señoras y Señores, el tonto ya no es lo que era. Ha pasado el tiempo, el siglo veinte se ha ido y las calles ya no son de tierra, ahora son virtuales. En eso estamos de acuerdo. ¿Entonces por qué le seguimos dando al tonto una representación analógica? El tonto de hoy ha dejado de ser aquel que no encaja en las reuniones y los grupos. El tonto actual ya no necesita salir, ya no precisa cuajar para subsistir, ni molestar con su presencia física, porque ahora vive en Internet, agazapado, careteando picardía y sutileza y mostrándose a través de una falsa imagen de listo.

Roberto Fontanarrosa, en su cuento “Experiencia en el Cairo”, nos brinda una descripción perfecta de la ambigüedad inicial de un plomo, que es la antesala natural del tonto:

“Al principio Silvio parecía un tipo lúcido, bastante entretenido. Sólo después fue sacando d su interior el verdadero monstruo que ocultaba. Silvio tenía un puñado de actitudes que lo hacían francamente imposible. Era de una suave cordialidad que ofuscaba. En su boca jugueteaba siempre una sonrisa comprensiva, los párpados entrecerrados y soñadores, la voz baja y un tono de ‘perdonáme lo que te digo’ que exasperaba. Y no sabía dejar de lado, cuando estaba con hombres, actitudes que quizás alguna vez le diesen resultado con las mujeres; es decir, galanterías, gestos. Te hacía sentir una embarazada.”

Pobre Humberto Eco. Quién diría que sus predicciones teóricas en cuanto a la internet se retorcerían tanto hasta llegar a convertir los ordenadores en máquinas para algunos mentirosos, fastidiosos y usurpadores de identidad. Esto sin contar a los personajes que cuelgan sus videos donde se penetran con enormes triángulos de señalización de tráfico. Esos mismos, los color naranja.

Se supone que internet nos haría libres pero lo único que nos ha procurado es encerrarnos más en nuestras casas, engordar, convertirnos en super guarros tecnológicos perseguidores de niños, pedófilos internautas. Qué mas da si nuestros hermanitos ya ven tetas y pollas con menos de 10 años y los más grandecitos quedan con desconocidos en lugares peligrosos.

Ya no escribimos. Blogueamos

Ya no hablamos. Chateamos

Sin puntuación, sin gramática. A la mierda las reglas de ortografía con la profesora incluída. GNL para decir Genial! JDT para decir jódete y si la cosa te da risa, con escribir la palabra lol le dirás a tu receptor que estás meándote por las carcajadas.

¿En realidad somos un montón de gente estúpida pseudocomunicándose con otro puñado de gente estúpida en un protolenguaje que utilizaban los cavernicolas?

No hay tonto más perseverante que el tonto digital. No hay tonto más tonto que esta nueva versión mejorada de pavo del siglo veintiuno. Es mucho más pesado que el analógico, y mil veces más agresivo y molesto, porque a éste le han dado una entrada gratuita al paraíso de los tontos, un ticket personalizado, con su nombre y su apellido, y sin embargo continúa prefiriendo quedarse allí donde nadie lo echa de menos, ajeno a su mundo de fantasía. Fuera de lugar.

Soy parte del problema, de ahí mi autoadversión.

Lo pillas?