viernes, 25 de abril de 2008

¿Habéis visto por ahí a un cura volando en globos de colores?


Es que el tema me parece tan interesante que hasta una buena peli saldría con este argumento. Desde que vi un video de un sacerdote que se apellida Carli y que fue colocado en el sitio G1 de internet de la televisora Globo TV, ahí estaba el tío, un sonriente cura de 41 años colocándose un traje de vuelo, siendo atado con correas a un asiento que a su vez estaba atado a una enorme columna de globos verdes, rojos, blancos y amarillos. Mil globos en total.

En el video aparece elevándose entre ovaciones de una multitud.Según Gallas, el sacerdote se elevó a una altitud de 6,000 metros (20,000 pies) y luego descendió a cerca de 2,500 metros (8,200 pies) para su viaje planeado a la ciudad de Dourados, ubicada 750 kilómetros (465 millas) al noroeste de su parroquia.Pero los vientos lo empujaron hacia otra dirección y Carli estaba aproximadamente 50 kilómetros (30 millas) fuera de la costa cuando hizo contacto por última vez con la autoridad portuaria de Paranagua.

Lo que me asombra es que Carli llevaba consigo un dispositivo de posición global (GPS), un teléfono satelital, una silla flotante y es un experimentado paracaidista.

Los comentarios:
"Estamos absolutamente confiados de que será encontrado con vida y en buen estado, flotando en algún lugar del océano", apuntó la tesorera parroquial.
"El sabía lo que estaba haciendo y estaba totalmente preparado para cualquier tipo de contratiempo"

Me intriga el paradero del sacerdote y también me intriga el proyecto benéfico por el cual arriesgó su vida. Admiración es lo que siento por este tipo, pero el misterio me agobia al sabernos envueltos entre tanta tecnología y no poder ubicar al señor Carli.

Si regresara tendríamos una fascinante historia y otro record mundial. Si no, a los guionistas les tocará una ardua tarea: buscar un buen final para esta historia.

Que fascinante es volar. Yo también quiero!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No te lo vas a creer... en el vuelo de regreso de Pisa me pareció ver a lo lejos, entre las nubes, a un señor con alzacuellos aferrado a un globo mientras intentaba inflar desesperado otro con la boca... y aún así parecía tan feliz...!

cheché dijo...

joder, Anónimo, haber avisado a las autoridades competentes, no? Ojala que tenga los huevos, perdón, los globos bien inflados y pueda regresar para contarlo. saludos!

Anónimo dijo...

bueno, digamos que hay muchos curas que tienen suficiente experiencia en soplar, por suerte para algunos de sus feligreces.